Todo el aire atmosférico contiene alguna cantidad de vapor de agua. Consideremos ahora la atmósfera como una esponja gigante, ligeramente mojada. Si estrujamos esa esponja muy fuerte, el agua absorbida goteará. Lo mismo ocurre cuando el aire se comprime, lo que significa que la concentración de agua aumentará. Para evitar futuros problemas en el sistema de aire comprimido, es necesario tratar el aire húmedo. Esto se lleva a cabo utilizando un refrigerador posterior y un equipo de secado.

El aire atmosférico contiene más vapor de agua a altas temperaturas y menos a temperaturas más bajas. Esto tiene un efecto en la concentración de agua cuando el aire está comprimido. Por ejemplo, un compresor con una presión de trabajo de 7 bares y una capacidad de 200 l/s, que comprime el aire a 20 ºC, con una humedad relativa del 80 %, liberará 10 litros/hora de agua en la tubería de aire comprimido. Pueden producirse problemas y perturbaciones debido a la precipitación de agua en las tuberías y el equipo conectado. Para evitarlo, el aire comprimido se debe secar.

El término “punto de rocío a presión” (PRP) se utiliza para describir el contenido de agua en el aire comprimido. Es la temperatura a la que el vapor de agua se condensa en forma de agua a la presión de trabajo actual. Los valores bajos de PRP indican pequeñas cantidades de vapor de agua en el aire comprimido.

Es importante recordar que el punto de rocío atmosférico no se puede comparar con el PRP cuando se comparan diferentes secadores. Por ejemplo, un PRP de +2 ºC a 7 bares es equivalente a -23 ºC a la presión atmosférica. Utilizar un filtro para eliminar la humedad (reducir el punto de rocío) no funciona. Esto se debe a que el enfriamiento adicional conduce a una precipitación continua de agua de condensación.

Puede seleccionar el tipo de equipo de secado principal en función del punto de rocío a presión. Teniendo en cuenta los costes, cuanto menor sea el punto de rocío requerido, mayores serán los costes de inversión y operación para el secado del aire. Existen cinco técnicas para eliminar la humedad del aire comprimido: refrigeración y separación, sobrecompresión, membranas, secado por absorción y secado por adsorción.

Hay varias formas de secar el aire comprimido; a continuación se detallan la mayoría de ellas.
– Refrigeradores posteriores
– Secadores frigoríficos
– Sobrecompresión
– Secado por absorción y adsorción (secadores Descidant)
– Secadores de membrana

Cualquier persona que ejecute un sistema de aire comprimido (utilizando la tecnología de inyección de aceite) debe conocer cómo eliminar correctamente el condensado de manera responsable para no infringir ninguna de las leyes ambientales. El condensado liberado por el equipo de aire comprimido tendrá pequeñas partículas de aceite que no son visibles a simple vista, por lo que es necesario eliminarlo de manera adecuada. La eliminación incorrecta no solo es perjudicial para el medioambiente, sino que también podría incurrir en una multa y dañar su reputación como empresa responsable.

Hay muchas reglas relativas a la eliminación de los residuos en general, como sin duda sabrá si ha visitado recientemente su centro de reciclaje local y ha visto los cambios que se han producido en los últimos años. No deje que su suministro de aire comprimido le pille desprevenido por no llevar a cabo un primer control bastante sencillo.

Eche un vistazo a su equipo de aire comprimido: debería poder identificar los purgadores de condensado que aparecen en la parte posterior de los compresores y secadores de su instalación. Mire hacia dónde se canalizan. En principio, todos deberían estar dirigidos hacia un separador de aceite/agua de algún tipo y luego a un desagüe. Si van directamente a un desagüe al suelo o simplemente a un depósito de plástico estándar, considérelo una señal de advertencia. Los separadores de aceite/agua son muy fáciles de instalar. Tenga en cuenta que hay muchas normas respecto a la eliminación del condensado, incluso con el equipo correcto, y estas normas pueden variar de un país a otro.