El aire comprimido es, junto con la electricidad, la forma o el vector energético más utilizado en la industria manufacturera avanzada actual. El aire comprimido se usa como fuente de energía para diferentes tipos de herramientas y máquinas y, a menudo, es una parte importante y bien integrada en muchos procesos de producción.
El aire comprimido tiene ventajas como costes de mantenimiento bajos, peso bajo en relación con el rendimiento y la posibilidad de usar carga alta durante largo tiempo sin riesgo de sobrecalentamiento. Puesto que la mayoría de aplicaciones neumáticas no están conectadas a electricidad, a menudo no se comprenden los riesgos existentes. Pero de la misma forma que se deben cumplir las reglas de seguridad para máquinas y herramientas eléctricas, también hay que manipular los aparatos neumáticos con respeto para evitar accidentes graves.
El aire comprimido se consigue usando unos equipos denominados compresores, que aspiran el aire atmosférico y lo comprimen hasta llegar a un valor de presión requerido y superior al de la presión atmosférica a la que se encontraba. Este valor de presión puede ser de unos gramos/cm2 sobre la atmósfera o de muchos kg/cm2.
La facilidad de uso del aire comprimido y el hecho de que pueda ser generado localmente, hacen que tenga múltiples aplicaciones.
- Como fuente de energía, para el uso en movimiento de maquinaria, actuadores, soplado, sistemas de frenos, elevación, etc.
- Como aire acumulado, para los sistemas de respiración humana, soplado, ventilación, procesos biológicos, etc.
Hoy en día, es una de las fuentes de energía más utilizada, debido a su seguridad, rapidez, facilidad de manejo y bajo coste. Es evidente que la electricidad sigue estando por delante, debido a que tienen más aplicaciones que la del aire comprimido, pero son muchas las aplicaciones que se basan en esta fuente de energía.